Flaeming-Skate - el proyecto

Lejos del mundanal ruido se encuentra uno de los mejores circuitos que existen para ciclismo y patinaje. Vaya directo desde su hotel al circuito o a la piscina. Descanse a la sombra de un árbol o en uno de los restaurantes que bordean el recorrido. Participe en actividades como festivales de música o fiestas locales. Todo esto y más es posible a lo largo del Flaeming-Skate, el primer y más grande circuito europeo para patines, situado en la región de Teltow-Fläming, al sur de Berlín. Flaeming-Skate es un auténtico paraíso para los patinadores, los ciclistas e incluso las personas en sillas de ruedas que practican deporte. Con más de 230 kilómetros, el circuito está diseñado especialmente para los amantes del ejercicio físico e incluye diferentes recorridos que le llevarán por pueblos, praderas y bosques.

En el corazón del Flaeming-Skate se sitúa el circuito circular (RK1) que hace un recorrido a través de los paisajes del Bajo Fläming y de las ciudades de Luckenwalde y Jüterbog. Este circuito es simple pero no por ello menos emocionante. Sobre el liso asfalto del Flaeming-Skate, le parecerá que sus patines ruedan solos. Aunque las pistas son bastante llanas y bien diseñadas, se aconseja que los patinadores tengan experiencia a la hora de frenar. Ya que, por muy experimentado que uno sea, siempre es buena idea llevar un equipo adecuado (casco, rodilleras) antes de lanzarse a la pista.

Mientras disfruta de la naturaleza que le rodea, merece la pena hacer un alto de vez en cuando y ver lo que ofrece la región. Las áreas de descanso que hay a lo largo del circuito no son sólo un lugar donde poder relajarse, también hay pueblecitos que irá descubriendo en los que poder satisfacer otras necesidades. Desde alquiler de patines a cervecerías al aire libre, hoteles y hostales y multitud de mercados y tenderetes; no echará de menos nada de lo que se le antoje. Zambúllase en una de las piscinas, o conozca a gente nueva que estará haciendo el mismo divertido e interesante circuito. Si le atraen además la cultura y la historia, la región también tiene mucho que ofrecerle. La ciudad de Luckenwalde así como el centro histórico de Jüterbog merecen una visita, al igual que el antiguo aeropuerto militar en la zona de Altes Lager, en Niedergörsdorf. También el museo del Palacio Arnim en Wiepersdorf y los muchos molinos de viento que jalonan el Flaeming-Skate son visitas recomendadas.

En el circuito RK2 de 12 kilómetros, que va por Kolzenburg cerca de Luckenwalde, los principiantes se sentirán más cómodos dado que la pista es muy fácil y llana. En las inmediaciones de este circuito no sólo encontrará cama para pasar la noche y comida caliente, sino también alquiler de bicicletas y patines para su uso en el circuito. La piscina de Luckenwalde no está lejos de Kolzenburg, como tampoco lo están los balnearios de Fläming-Therme.

De Jüterbog a Kloster Zinna, pasando por Neuheim y Grüna, el circuito RK3 tiene 11 kilómetros de patinaje inolvidable. También ofrece cultura e historia: el antiguo monasterio de frailes en Jüterbog (Mönchenkloster), que hoy alberga un moderno museo regional, una biblioteca y salas de actos para funciones de teatro o conciertos. Y en Kloster Zinna también son a destacar el monasterio cisterciense y el museo del tejido.

Los más deportistas encontrarán su recompensa en el reto de atreverse con el nuevo RK4. El circuito está localizado junto a la pista de patinaje de Jüterbog y es muy adecuado para el entrenamiento de patinaje en competición y maratón. Esta pista de 45 kilómetros le llevará a través parajes naturales por campos y bosques.

Otro nuevo sendero conecta los pueblos de Fröhden y Wahlsdorf, dividiendo el circuito 1 y creando dos nuevas rutas RK 5 y RK 6 de aproximamente 50 km cada una. La etapa que atraviesa Schlenzer lleva por bosque y campo y requiere mucho esfuerzo, ya que este pueblo está situado en la cumbre de un cerrito.

En uno de los senderos cercanos, de dos metros de anchura, merece la pena acercarse en bicicleta a un taller de fabricación de vidrio en Glashütte, cerca de Baruth. Este pueblo en los últimos años se ha convertido un auténtico museo viviente. Por supuesto allí hay cafeterías, hoteles y alquiler de bicicletas y patines. En un futuro próximo, también este sendero estará adaptado para el patinaje en los pueblos que atraviesa.